Hoy decido visitar la otra Ciudadela, la del Natahoyo, mas vinculada a mi infancia, un tío mío, ya fallecido vivió en una de esas casas, un pasillo largo y oscuro lleno de puertas, treinta metros escasos, la oscuridad de las bombillas de 125Watios, la humedad del ambiente se podía paladear. Quizás era el cumpleaños de mi primo Paquin, quizás una visita de cortesía ya no lo recuerdo. Mi padre trabajo cuarenta años en Duro Felguera, recuerdo muy vagamente el tranvía y las visitas mensuales al economato de Duro Felguera, apenas había tiendas en aquel entonces en La Calzada, en el economato había casi siempre de todo y con los vales que le daban a mi padre resultaba ventajoso…
Volvíamos cargados de filoxies: pastillas de chocolate diez , lentejas, fabes pintes, azúcar, latas de atún, de arroz dos, jabón lagarto y con suerte un bote ce CacaoPinìn, “que ye fiu de Pinón” y si había una lata de aceite la Española.
Y por ahorrar subíamos andando mi madre, mi tía, mi güela y yo claro si no había colegio, hasta las Casas de Gabino, si había llovido cuidando de que no te salpicar ningún coche, aceras lo que se dice aceras no había y la carretera cuando llovía era un barrizal.
Y recuerdo en la lejanía las bocinas de los astilleros llamando al trabajo y la nube de bicicletas que subían o bajaban hacia el Natahoyo o hacia el Musel pero todas ellas se cruzaban en el cruce de Cuatro Caminos.
Yo solía esperar a mi padre cuando volvía a comer en el puesto de Montaña, hoy ya desaparecido que estaba en frente de la Casa del Mar, me subía en la barra de la bici y a escasos veinte metros nos esperaba un plato humeante de lo que tocara lentejas, fabada…
Nota: el bar la Pipa, por supuesto no está en el Natahoyo pero desde ese punto partió esta excursión
Estas fotos fueron tomadas con la Nikon Coolpix S2500, Gentileza de Hipercor. No está mal y además el día nos acompaño
He encontrado esta curiosidad
2 comentarios:
Un bonito recorrido por el Natahoyo.
Una de las fotos en las que aparece una nave con portón grande y oscuro, en una de las calles estrechas, resulta que es un taller mecánico (de torno ...) de los de toda la vida, al mecánico en cuestión, que por cierto es fiel seguidor del Sporting, le quedan 2 años de vida laboral y después a dejar suelo para más casas.
Es una pena que parte de la historia de la ciudad, no se conserve, si no hacemos por conservar la memoria de los últimos 50 años, ¿qué podemos esperar?
Pese a todo, hay gente que gracias a sus testimonios gráficos, nos permiten recordar como eran las cosas, y con sus imágenes de hoy, nos permitirán recordar mañana.
¡Esperemos que no haga falta!
Por cierto, menudo detalle tuvo el corte inglés con la cámara ;)
Buenas fotos
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